Título original: De krab met de gulden scharen. Dirección: Ray Goossens. Intérpretes (voz): Georges Poujouly (Tintín), Coen Flink (Haddock), Roger Carel (Milou), Hubert Deschamps (Dupond & Dupont), Wim Wama (Janssen), René Arrieu (Allan), Georges Atlas (Omar Ben Salaad). Duración: 63 minutos.
Síntomas: A través de un encargo de los detectives Dupond y Dupont (Hernández y Fernández en la vers. española) Tintín sigue la pista de una misteriosa lata de cangrejo que le llevará a un barco mercante que no es sino la tapadera de una banda de traficantes de opio comandados por el contramaestre, un tal Allan que mantiene alcoholizado a Haddock, legítimo capitán del buque. Las aventuras no han hecho más que comenzar para nuestro joven aventurero.
Diagnóstico: Con el inminente estreno (Octubre 2011) de la próxima producción de Spielberg dedicada al personaje, nada más oportuno que rescatar para los seguidores de MADHOUSE una auténtica rareza de culto. Los que rondamos ya las cuatro décadas nos dividíamos en nuestra tierna juventud en dos grupos: los que preferían las cómicas andanzas de Axterix y los que nos inclinábamos por las improbables pero decididamente irresistibles aventuras del Tintín. A Mortadelo y Filemón los seguíamos todos. Un servidor reconoce los absolutamente geniales guiones del héroe galo pero siempre sintió especial inclinación por las exóticas andanzas del belga.
Hay un antes y un después de El Cangrejo de las pinzas de oro, donde todos los aficionados parecen coincidir en que comienza la edad de oro de Tintín. Paradójicamente esta nueva etapa viene obligada por las restricciones de una Europa convulsa, invadida por los nazis, que no hace muy recomendable la línea que hasta entonces había seguido Hergé, con las incursiones del intrépido reportero en los principales conflictos mundiales. De hecho, en 1941, Hergé se ve obligado a interrumpir su álbum "Tintín en el país del oro negro" (retomado años más tarde) e iniciar este que nos ocupa, una a priori anodina historia de traficantes de opio inocua desde el punto de vista político.
Poco sospecharía entonces Hergé que una revolución en el personaje estaba a punto de acontecer, una revolución con nombre propio: El capitán Haddock. Sí, aquí es donde aparece por primera vez, en una viñeta donde Haddock, encerrado en su camarote del "Karaboudjan", recibe la inesperada visita de Tintín que le cae literalmente encima. Este personaje campechano, irritable, adicto al whisky y con un corazón de oro en principio iba a ser un ave de paso pero, dado su inesperado éxito, se convertiría en compañero inseparable de las andanzas de Tintín desde ese mismo momento. Otro personaje que aparece aquí y que volverá periódicamente es el del malvado Allan, contramaestre de Haddock y más tarde villano al servicio del malvado Rastapopoulos.Otra curiosa circunstancia cambió además, la forma de narrar de Hergé a partir de ese momento: la racionalización de papel. Eso hizo que pasara de publicar las aventuras desde la habitual doble página semanal a una sola tira diaria. Resultado: Hergé se veía obligado a captar la atención y el interés continuo en muy pocas viñetas, lo cual lo convirtió en un maestro de la narración.
Pero pasemos ya al título que os propongo esta semana y que también tiene interés por múltiples razones. En primer lugar se trata de la primera aparición cinematográfica de Tintín. El film está rodado con el sistema stop-motion a través de unas marionetas cuyos responsables fueron un matrimonio amigo de Hergé que recientemente habían montado un estudio de animación. Joao Batistas Michiels se encargó de la animación mientras que su esposa, Claude Misonne realizó las marionetas, bastante fieles al aspecto original de los personajes.
El estilo es deliciosamente ingenuo y sigue la historia paso a paso combinando las escenas de animación con otras reales filmadas en el puerto de Amberes. Algunos momentos están especialmente bien resueltos, como el ataque del avión a la balsa donde se refugian Tintín y el capitán, aunque otros evidentemente acusan la escasez de medios y el paso del tiempo. En cuanto a las voces hay para todos los gustos, destacando frente a la voz algo impávida de Tintín, la de Haddock, bastante más lograda y apropiada para el personaje.
El film se estrenó el 27 de diciembre de 1947 en el Théâtre de l´ABC de Bruselas, suponiendo el primer largometraje de animación belga, y el éxito fue tal que Hergé se animó a enviar varios álbumes al mismísimo Walt Disney para una hipotética producción de los grandes estudios. El magnate de la animación jamás se dignó a responderle personalmente y fue un subalterno el que rechazó la propuesta devolviéndole los trabajos a su autor.
El cangrejo de las pinzas de oro fue una cinta maldita durante mucho tiempo. Su productor se arruinó y eso propició que esta película estuviera prácticamente perdida. Recientemente la pudimos ver por fin en España gracias al Festival Animac 2009 en Cataluña, que la sacó del ostracismo recuperando 65 de los 85 minutos originales de la cinta. Esto hace que notemos algo deslavazada la acción sin que merme por ello la comprensión de lo narrado. Esta versión es la que podemos disfrutar en este enlace gracias a la web Descarga Cine clásico y a los subtítulos aportados por Evilcracke. En 1991, dentro de la serie "Las aventuras de Tintín" se adaptó de nuevo el mismo álbum, esta vez mediante animación convencional y con bastante menos gracia. Para otras adaptaciones del reportero belga al cine, nada como pasarse por el blog amigo BORGO, auténtico cajón de sastre de curiosidades y anécdotas varias cuyo sr. administrador dedicó al personaje una estupenda reseña.
Fragmento de "El cangrejo de las pinzas de oro" (1947)
No puede perdérsela: El fan de Tintín y los amantes de los incunables.
Abstenerse: Sólo por motivos colaterales (manía a los subtítulos, fobia a las marionetas, etc.)
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