BARRICADE (Alemania-USA, 2007)

Dirección: Timo Rose. Intérpretes: Raine Brown (Nina), Joe Zaso (Michael), André Reissig (David), Manoush (La madre), Thomas Kercmar (Dermot), Timo Rose (Marc), Andreas Pape (Sean), Sebastian Gutsche (Goliat), Tanja Karius (Marcy), Ellen Tanumihardja (Tamara). Duración: 86 minutos.

Síntomas: Una familia de voraces caníbales campa a sus anchas por el idílico bosque negro alemán, poniéndose las botas con un menú a base de estúpidos excursionistas que tampoco hacen mucho por evitarlo.

Diagnóstico: Señalar ante todo que parte de este diagnóstico fue ya publicado en el tristemente desaparecido blog “TierraSanta Review” así que aprovechando el reciente ripeo de este film, con unos subtítulos que mejoran ostensiblemente los de su edición en DVD, me dispongo a rescatar dicha reseña y, de paso, analizar un subgénero cuyos aficionados son ya legión y que responde a algunos de nuestros más oscuros instintos cinéfagos: el ultragore. Sería hipócrita por mi parte poner en solfa a todo este tipo de cine; sus fans pueden seguir tranquilos, no es esa mi intención. Criticar este tipo de cine en función de las barbaridades que muestra o la nulidad de su historia sería tan hipócrita como ver un film porno y después acusarle de no cuidar los diálogos o abusar del sexo explícito. No soy (afortunadamente para mi ya quebradiza salud mental) un gran experto en la materia, pero tras visionar algún que otro film de mentes tan “enfermas” como las de Brian Paulin, Olaf Ittenbach, Andreas Schnaas o Jörg Buttgereit sí puedo constatar una serie de lugares comunes a los que no parecen librarse ningún título de este género en el que los alemanes tienen mucho que decir. Por lo tanto, lejos de cualquier sutilidad ajena a este tema, entremos a saco.

El principal inconveniente de todas estas películas es que la ingente cantidad de hemoglobina y tripas que muestran a lo largo de su metraje, llegan a perder su capacidad de impacto por saturación, el rojo sangre se convierte en una mera abstracción y deja de tener el efecto deseado en nosotros. Es como cuando un goloso decide acabarse una bandeja de dulces. Tras los primeros bocados, continua adelante simplemente por gula, aunque realmente deje de disfrutar a partir del cuarto o quinto pastel. Así, los escasos golpes de efecto gore aparecidos en películas como “Marathon Man”, “Saló” o “Tiburón” quedan mucho más grabados en nuestras retinas, tienen una mayor capacidad de impresión que los litros y litros de sangre que aparecen en estos títulos, generalmente calcados unos de otros.

Sangre y Tetas: la combinación perfecta para estas cintas

Otra característica de todos estos trabajos es la absoluta nulidad de sus responsables para sostener una narración bajo unos mínimos aceptables. De hecho parece un requisito común para ser un director ultragore (por más que el citado Buttgereit quiera disimularlo). Y es que un Peter Jackson (con aquella tontorrona pero innegablemente bien firmada Bad Taste) sólo aparece cada 50 años. Timo Rose no muestra ningún indicio de salirse de esta norma, sino todo lo contrario. Su trabajo como director no puede ser más chapucero. Sólo es capaz de mostrarnos la sobada historia –por otra parte más simple que el mecanismo de una tiza- de manera inconexa, embarullada y con un tufillo involuntariamente amateur.

Cronología de un gazapo.*
*(El minutaje corresponde al enlace de abajo)
Las incongruencias de guión son tan extremas como las barrabasadas que muestra.
Como ejemplo paso a describir una escena que reflejaría a la perfección lo que digo: (00:43:20) Los protagonistas disfrutan de su primera noche de acampada, están charlando, tomando unas cervezas, ríen… De repente, sin previa planificación, como un “Deus ex Machina”, se sienta un individuo en una de las sillas plegables, junto a ellos, advirtiéndoles del peligro que corren. Los muchachos tampoco es que se inmuten demasiado, limitándose a decirle que hable más despacio. De esta manera se pierde una oportunidad de crear una escena de tensión y en su lugar tenemos una secuencia más bien ridícula. En otros momentos de la cinta (00:46:30/01:00:05) algunas víctimas aparecen directamente atadas en la tabla de picar, sin que conozcamos nada de ellos, ni veamos en qué momento han sido capturados. Esto provoca cierto desconcierto en el espectador y una evidente despersonalización que nos aleja de lo que estamos presenciando. ¿Pará qué gastar hojas de guión y minutos de cinta en explicarnos quienes son estas personas? Pensaría el guionista... Son sólo dos ejemplos bastante significativos de que, en este tipo de cine, lo único que importa es no dejar pasar demasiados minutos sin una oportunidad de ofrecer algún chorretón de sangre o vísceras, aunque con ello se sacrifique además de a la víctima, toda la lógica de la narración.
También hay que señalar que ni la ironía, ni el sentido del humor o el sexo aparecen demasiado en el trascurrir de los minutos, elementos estos que siempre pueden ayudar a hacer más digerible (es un decir) este tipo de producto. Ni siquiera es convenientemente aprovechado el evidente acierto de guión que muestra al protagonista, un tipo de 1.90 metros, con brazos de granito y aspecto de portero de discoteca con malas pulgas, cagadito de miedo mientras que la menuda chica es la que parece tomar riendas en el asunto y enfrentarse a los “rednecks” alemanes con sus mismos argumentos.

En cambio, mucho más cómodo se muestra Rose en otras labores técnicas como es el montaje, donde hace un meritorio trabajo, así como en la supervisión de los efectos especiales que, obviamente, es dónde se han puesto todos los esfuerzos de producción. Sin duda el trabajo en este apartado es importante y es una lástima que el resto de aspectos del film no vayan acorde al talento que muestran a la hora de triturar higadillos.

En el apartado actoral es evidente que el trabajo interpretativo no pasa de discreto. No es que en proyectos semi-amateurs como este sea difícil encontrar buenos actores. Existen actores desconocidos pero de talento que estarían dispuestos a trabajar gratis en una producción “underground”. El problema es que un proyecto así no podría seducirlos de ninguna de las formas ya que la mayor cualidad que de ellos se requiere es la mayor o menor cantidad de carne picada que puedan producir en escena.

Y poco más que añadir. En definitiva, Barricade es, pese a todo, una película honesta en cuanto a sus pretensiones desde el mismo inicio, consciente de que va dirigida exclusivamente a los que disfrutan con estas tablas de carnicero cuyo valor cinematográfico es similar al de un video reportaje por el interior de cualquier matadero municipal; litros y litros de sangre con poco orden y mucho desconcierto. Que les aproveche.

Trailer

(Cuidado con las salpicaduras)

No puede perdérsela: El aficionado al ultragore (o el que quiera hacerse una idea de este tipo de cine).
Abstenerse: Todos los demás.
Cómo verla: Editada en DVD de importación, aunque al responsable de los subtítulos en castellano de esta edición deberían hacerle pasar por algunas de las torturas que aparecen en la película.
E-Link: Barricade.(VO.Sub.Esp).2007.[--La-Morgue-Team--()].XviD.avi