Director: Roberto Gavaldón. Intérpretes: Ignacio López Tarso (Macario), Pina Pellicer (Mujer de Macario), Enrique Lucero (Muerte), Mario Alberto Rodríguez (Don Ramiro), José Gálvez (El Diablo), José Luis Jiménez (Dios), Eduardo Fajardo (Virrey) y con Consuelo Frank, José Dupeyrón, Celia Tejeda, Pepé y sus Marionetas. Duración: 90 minutos.
Síntomas: Macario, un humilde aldeano que tiene esposa y varios hijos, se dedica a vender leña en el pueblo. Harto de una vida de privaciones y apuros, manifiesta que su mayor anhelo es poder comerse él solo un guajolote (pavo), sin tener que compartirlo con nadie. Su esposa, confidente de tan profundo deseo, un día roba uno de la casa de una familia rica donde realiza labores domésticas. Cuando Macario se dispone a comérselo, Dios, el Diablo y la Muerte se le aparecen para pedirle que lo comparta. Al final decide compartirlo con la Muerte y este a cambio le hará un regalo tan espléndido como peligroso.
Diagnóstico:
“EL DÍA DE MUERTOS se celebra en México de una manera singular debido a que el mexicano tiene arraigado un sentido muy peculiar de la muerte.
Hace juguetes en forma de esqueletos, pan de muertos, calaveras de azúcar o de chocolate.
En este día colocan en sus casas ofrendas de flores y alimentos para que sus deudas coman y beban.
El culto a los muertos data entre los indígenas de México, de ocho mil años, pero durante los siglos XVI y XVII sus costumbres y creencias se mezclaron con las del Cristianismo por lo que sus ritos y prácticas son hasta nuestros días una combinación de las dos culturas”.
Con este texto comienza uno de los títulos más fascinantes de la filmografía fantástica en general y de la mexicana en particular. Como ya avisé en mi última entrada, esta vez iba a postear un film muy apropiado para la fecha que se nos acerca pero alejada de los usos y costumbres globalizadores de los norteamericanos.
Macario trata el tema de la muerte de una forma que pocos títulos lo han hecho, con un profundo sentido fatalista que sólo Bergman había sido capaz de plantear con esa precisión. La primera vez que vemos este film no podemos sino rendirnos a la refinada calidad de sus imágenes, su impecable manejo de la cámara y esa ambientación tenebrista, repleta de personajes singulares.
Uno de los grandes aciertos de la cinta estiba en que, a pesar de estar ambientada supuestamente en el periodo del virreinato, Gabaldón dota a todo el relato de un ambiente como de cuento de hadas, subrayando de este modo la intemporalidad de todo el relato y sumergiéndonos en una historia que asalta nuestro sentido de lo eterno, lo telúrico, lo ancestral. De este modo, pese a su fuerte recreación localista, Macario se transforma en un cuento universal, en un personaje metáfora de la eventualidad de nuestra presencia en este mundo y la incertidumbre que todos sentimos cuando pensamos en el momento en que la Parca reclamará nuestra presencia. En un momento determinado, un personaje le dice a Macario: “Cuando nacemos ya tenemos la muerte escondida en el hígado, o en el estómago, o acá en el corazón, que algún día se va a parar. También puede estar fuera, sentada en algún árbol que todavía no crece pero que se va a caer encima cuando seas viejo.”
Falsamente tomado como una leyenda mexicana, Macario se basa en realidad en un relato corto de Bruno Traven, sí, el mismo que escribió otra gran historia ambientada en México: El tesoro de Sierra Madre. Pero Macario también es Rulfo en la descripción de la desolación, del dolor, del estrecho vínculo con la soledad y, por supuesto, con la Muerte (resulta cuando menos curioso que Juan Rulfo también tenga un relato titulado Macario, sin ninguna relación con el que ahora nos ocupa.)
Hipnótica desde las primeras imágenes que nos enganchan hasta el final, destaca sobre todos los elementos la soberbia fotografía del gran Gabriel Figueroa. ¿Cómo olvidar sus trabajos para Buñuel (Los olvidados, El ángel exterminador) o John Huston (Bajo el volcán, La noche de la iguana). Aquí su trabajo es perfecto, cobra entidad propia y nos revela a través de claroscuros un México sombrío, tenebroso pero decididamente fascinante.
La película tras su estreno fue criticada por un exceso de preciosismo y artificialidad, por resultar demasiado “académica” y fría, lo cual contribuyó a su inmediato desprestigio. Algo que sorprendería si no fuera porque otra obra maestra como La Noche del Cazador (1955) fue criticada exactamente con los mismos argumentos y hoy ha sido suficientemente reivindicada, poniendo en evidencia la envidia de algunos críticos de la época. A pesar de esas críticas, Macario logró ser la primera película mexicana nominada al óscar, algo inédito en un film de corte fantástico, aunque tuvo pocas oportunidades frente a “El manantial de la doncella ”.
Otro de los aspectos a destacar de este gran film es la interpretación. Ignacio López de Tarso es uno de los grandes histriones del cine mexicano y con Macario realiza una gran composición. Con un sólo plano, López de Tarso es capaz de hacernos comprender su impotencia por no poder calmar nunca esa hambre atroz que sienten los pobres y su tremendo remordimiento al pensar en su necesidad antes que en la de sus hijos. Junto a él la bella actriz mexicana Pina Pellicer interpreta a su joven esposa dotándola de una peculiar vulnerabilidad expresiva pero sin convertirla en la típica compañera sumisa sino en un personaje activo en la trama que no duda en robar un pavo para que su marido pueda cumplir el capricho de comerse uno entero él solo. Cuando, tras darle el ave, la mujer dice a Macario que ella también ha deseado algo que no quisiera compartir con nadie, el hombre se libera del sentimiento de culpa que le ha impedido actuar con egoísmo. A partir de ese momento, la complicidad entre la pareja es total: “Pero vete pronto” -le dice ella- “porque si los niños lo ven van a pedir ¿o no?”.
La historia de Pina Pellicer merece un alto en el camino. Autentica niña prodigio del teatro en su país natal y dotada de un físico menudo que la alejaba de las voluptuosas formas de otras divas mexicanas Pina fue escogida en un casting por el mismísimo Stanley Kubrick para interpretar a Luisa, la hijastra de Karl Malden y amante de Marlon Brando en El rostro impenetrable , film que terminaría por dirigir el propio Brando. A raíz de ese trabajo muchos la califican como la nueva Audrey Hepburn del cine, gana la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y rueda Macario… Participa en un episodio de la serie “Alfred Hitchcock presenta” (curiosamente una especie de remake de la misma Macario) e incluso trabaja en una olvidable cinta de Rafael Gil en nuestro país. Pero como si de uno de sus personajes atormentados se tratara, Pina decidió privarnos de su dulce presencia suicidándose en 1964. También a ella, la Muerte la estaba esperando inesperadamente en forma de depresión con apenas 30 años de edad.
Junto a ellos Enrique Lucero tiene el honor de ser junto a Bernhard Goetzke en Las tres luces y Bengt Ekerot en El séptimo sello , una de las tres Muertes más impresionantes de la historia del cine. Sus encuentros con Macario son inolvidables y no están exentos de un fino humor negro. Para muestra el video de abajo. En el resto del reparto podemos destacar a nuestro gran Eduardo Fajardo interpretando al virrey en uno de esos antipáticos papeles que él sabe bordar tan bien.
Se podrían destacar innumerables escenas para el recuerdo pero decididamente me quedo con una, al final, cuando Macario entra a una gruta, la casa de la Muerte, llena de velas, donde cada una es una vida humana que se apaga a voluntad de la Muerte. Macario roba la suya propia, en un intento de salvarse de su deceso inminente. Una escena dotada de una atmósfera de cuento de horror de una belleza subyugante.
En definitiva, una obra macabra, extraña, inolvidable al fin. Una película que el tiempo va poniendo poco a poco en su sitio y ganando más y más adeptos. Que ustedes la disfruten.
Síntomas: Macario, un humilde aldeano que tiene esposa y varios hijos, se dedica a vender leña en el pueblo. Harto de una vida de privaciones y apuros, manifiesta que su mayor anhelo es poder comerse él solo un guajolote (pavo), sin tener que compartirlo con nadie. Su esposa, confidente de tan profundo deseo, un día roba uno de la casa de una familia rica donde realiza labores domésticas. Cuando Macario se dispone a comérselo, Dios, el Diablo y la Muerte se le aparecen para pedirle que lo comparta. Al final decide compartirlo con la Muerte y este a cambio le hará un regalo tan espléndido como peligroso.
Diagnóstico:
“EL DÍA DE MUERTOS se celebra en México de una manera singular debido a que el mexicano tiene arraigado un sentido muy peculiar de la muerte.
Hace juguetes en forma de esqueletos, pan de muertos, calaveras de azúcar o de chocolate.
En este día colocan en sus casas ofrendas de flores y alimentos para que sus deudas coman y beban.
El culto a los muertos data entre los indígenas de México, de ocho mil años, pero durante los siglos XVI y XVII sus costumbres y creencias se mezclaron con las del Cristianismo por lo que sus ritos y prácticas son hasta nuestros días una combinación de las dos culturas”.
Con este texto comienza uno de los títulos más fascinantes de la filmografía fantástica en general y de la mexicana en particular. Como ya avisé en mi última entrada, esta vez iba a postear un film muy apropiado para la fecha que se nos acerca pero alejada de los usos y costumbres globalizadores de los norteamericanos.
Macario trata el tema de la muerte de una forma que pocos títulos lo han hecho, con un profundo sentido fatalista que sólo Bergman había sido capaz de plantear con esa precisión. La primera vez que vemos este film no podemos sino rendirnos a la refinada calidad de sus imágenes, su impecable manejo de la cámara y esa ambientación tenebrista, repleta de personajes singulares.
Uno de los grandes aciertos de la cinta estiba en que, a pesar de estar ambientada supuestamente en el periodo del virreinato, Gabaldón dota a todo el relato de un ambiente como de cuento de hadas, subrayando de este modo la intemporalidad de todo el relato y sumergiéndonos en una historia que asalta nuestro sentido de lo eterno, lo telúrico, lo ancestral. De este modo, pese a su fuerte recreación localista, Macario se transforma en un cuento universal, en un personaje metáfora de la eventualidad de nuestra presencia en este mundo y la incertidumbre que todos sentimos cuando pensamos en el momento en que la Parca reclamará nuestra presencia. En un momento determinado, un personaje le dice a Macario: “Cuando nacemos ya tenemos la muerte escondida en el hígado, o en el estómago, o acá en el corazón, que algún día se va a parar. También puede estar fuera, sentada en algún árbol que todavía no crece pero que se va a caer encima cuando seas viejo.”
Falsamente tomado como una leyenda mexicana, Macario se basa en realidad en un relato corto de Bruno Traven, sí, el mismo que escribió otra gran historia ambientada en México: El tesoro de Sierra Madre. Pero Macario también es Rulfo en la descripción de la desolación, del dolor, del estrecho vínculo con la soledad y, por supuesto, con la Muerte (resulta cuando menos curioso que Juan Rulfo también tenga un relato titulado Macario, sin ninguna relación con el que ahora nos ocupa.)
Hipnótica desde las primeras imágenes que nos enganchan hasta el final, destaca sobre todos los elementos la soberbia fotografía del gran Gabriel Figueroa. ¿Cómo olvidar sus trabajos para Buñuel (Los olvidados, El ángel exterminador) o John Huston (Bajo el volcán, La noche de la iguana). Aquí su trabajo es perfecto, cobra entidad propia y nos revela a través de claroscuros un México sombrío, tenebroso pero decididamente fascinante.
La película tras su estreno fue criticada por un exceso de preciosismo y artificialidad, por resultar demasiado “académica” y fría, lo cual contribuyó a su inmediato desprestigio. Algo que sorprendería si no fuera porque otra obra maestra como La Noche del Cazador (1955) fue criticada exactamente con los mismos argumentos y hoy ha sido suficientemente reivindicada, poniendo en evidencia la envidia de algunos críticos de la época. A pesar de esas críticas, Macario logró ser la primera película mexicana nominada al óscar, algo inédito en un film de corte fantástico, aunque tuvo pocas oportunidades frente a “El manantial de la doncella ”.
Otro de los aspectos a destacar de este gran film es la interpretación. Ignacio López de Tarso es uno de los grandes histriones del cine mexicano y con Macario realiza una gran composición. Con un sólo plano, López de Tarso es capaz de hacernos comprender su impotencia por no poder calmar nunca esa hambre atroz que sienten los pobres y su tremendo remordimiento al pensar en su necesidad antes que en la de sus hijos. Junto a él la bella actriz mexicana Pina Pellicer interpreta a su joven esposa dotándola de una peculiar vulnerabilidad expresiva pero sin convertirla en la típica compañera sumisa sino en un personaje activo en la trama que no duda en robar un pavo para que su marido pueda cumplir el capricho de comerse uno entero él solo. Cuando, tras darle el ave, la mujer dice a Macario que ella también ha deseado algo que no quisiera compartir con nadie, el hombre se libera del sentimiento de culpa que le ha impedido actuar con egoísmo. A partir de ese momento, la complicidad entre la pareja es total: “Pero vete pronto” -le dice ella- “porque si los niños lo ven van a pedir ¿o no?”.
La historia de Pina Pellicer merece un alto en el camino. Autentica niña prodigio del teatro en su país natal y dotada de un físico menudo que la alejaba de las voluptuosas formas de otras divas mexicanas Pina fue escogida en un casting por el mismísimo Stanley Kubrick para interpretar a Luisa, la hijastra de Karl Malden y amante de Marlon Brando en El rostro impenetrable , film que terminaría por dirigir el propio Brando. A raíz de ese trabajo muchos la califican como la nueva Audrey Hepburn del cine, gana la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y rueda Macario… Participa en un episodio de la serie “Alfred Hitchcock presenta” (curiosamente una especie de remake de la misma Macario) e incluso trabaja en una olvidable cinta de Rafael Gil en nuestro país. Pero como si de uno de sus personajes atormentados se tratara, Pina decidió privarnos de su dulce presencia suicidándose en 1964. También a ella, la Muerte la estaba esperando inesperadamente en forma de depresión con apenas 30 años de edad.
Junto a ellos Enrique Lucero tiene el honor de ser junto a Bernhard Goetzke en Las tres luces y Bengt Ekerot en El séptimo sello , una de las tres Muertes más impresionantes de la historia del cine. Sus encuentros con Macario son inolvidables y no están exentos de un fino humor negro. Para muestra el video de abajo. En el resto del reparto podemos destacar a nuestro gran Eduardo Fajardo interpretando al virrey en uno de esos antipáticos papeles que él sabe bordar tan bien.
Se podrían destacar innumerables escenas para el recuerdo pero decididamente me quedo con una, al final, cuando Macario entra a una gruta, la casa de la Muerte, llena de velas, donde cada una es una vida humana que se apaga a voluntad de la Muerte. Macario roba la suya propia, en un intento de salvarse de su deceso inminente. Una escena dotada de una atmósfera de cuento de horror de una belleza subyugante.
En definitiva, una obra macabra, extraña, inolvidable al fin. Una película que el tiempo va poniendo poco a poco en su sitio y ganando más y más adeptos. Que ustedes la disfruten.
Macario y su encuentro con la Muerte
No puede perdérsela: El que quiera disfrutar de una de las apariciones de la muerte más imborrables de la historia del cine.
Abstenerse: Vosotros mismos.
Compra: Sólo en importación.
Enlace Emule: Macario.Mèxico.1960.avi
14 comentarios:
Ideal para ver en la noche de difuntos.
¿Tenéis ya vuestra calavera de azucar?
Me la pido para Halloween. Tiene una pinta magnífica. Y es verdad, el encuentro me recuerda al de Bergman en EL SEPTIMO SELLO (otra peli ideal para esta noche pero no apta para todos los públicos).La reseña como siempre produciendo ganas de ver inmediatamente la peli.
Pues fijate que esta la tengo en DVD pero no la vi todavia, sobretodo porque no tengo claro que encontrarme.. Me la recomendó en su momento el CapitanTrueno, te acuerdas de el??
Ahora ojeando tu comentario las dudas nos e van, y no tengo claro que me encontraré, lo que si se es que tengo quev erla ya que si dos amigos recomiendan su visioando por algo debe ser.. Aunque luego no me guste a mi..vaya lio me estoy haciendo...jajajaja
Ah por cierto, mañana regalito.. pero no se lo digas a nadie..XDDD
Un saludo¡¡
Jejjeje... hombre, Atxein, yo casi aseguraría que te gustará porque sabes apreciar una buena película y esta lo es.
Te vas a encontrar una fábula con realismo mágico, un ambiente tenebrista y un sentido del humor muy negro. Coño, si hasta el bueno del capi te la recomendó, no te hagas más el remolón!XD
Con lo del regalito me tienes salivando, arggggg!
Mepi, esta tiene muchos puntos de contacto con El séptimo sello, desde luego. La vas a disfrutar seguro.
Saludos a ambos!
Anotada esta recomendación. Se agradecen las reseñas de películas tan "raras" como esta que se pueden encontrar en tu blog.
Saludos!
Ultimamente me está dando el coñazo con el cine mexicano de terror...pero yo me niego a ver nada de eso!
Esta si que la he visto y es genial como pocas.
por cierto, la de Thriller ya está en mi poder y caerá en breve jejeje. Saludos
Pues gracias por ilustrarme, Quimérico, pues ésta no la conocía. Genial el artículo, completísimo y sin un renglón sobrante.
Que haya pasado la señalada fecha no me impedirá su visionado.
Un saludo.
Pues nada, otra que va para abajo aver que tal.
Este medio dia porfin pude ver Musarañas asesinas, y me a encantado!! Gracias por la recomendación!! ese tipo de cine me vuelve loco :D
Saludoss
Fantomas: Saludos. Espero que puedas verla algún día y me comentes qué tal.
Carlos, haces bien. Esta película no es apta para ciertos paladares.
Crowley, me interesará saber tu opinión una vez que la hays visto para saber si coincidimos.
Kraven, gracias por tus palabras. Desde luego no es obligatorio su visionado en la noche de difuntos para poder difrutarla.
Pk me alegro muchísimo que disfrutaras como yo de Musarañas asesinas. Ya me gustaría que todas lasd pelis cutres fueran tan entretenidas como esta. Esperando tu opinión sobre Macario ;)
Saludos a los 5!
Vaya! Por fin una que he visto. :)
A mi me gustó mucho, y eso que iba con muchos prejuicios.
Es una parábola muy chula y oscura.
Si Hollywood la pillase, sería Tim Burton el director ideal.
Sí, es verdad, es una historia que le podría ir muy bien a Tim Burton, aunque me temo que el final me lo cambiarían :(
Magnifica reseña, la verdad es que esa pelicula me la perdí en su pase televisivo hace poco. Afortunadamente tienes el enlace. Muchas gracias. Magnifico articulo¡¡
No te la pierdas, Darkerr. Oro en celuloide ;)
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